Amanece y la noche resbala de entre mis dedos, estas lo sé, he sentido el murmullo de tu piel a mi lado en la cama compartida por años ya. ¿Cuándo?, ¿cuándo?, ¿cuándo?, retumba en mi mente, pregunta sin aparente respuesta. Mediodía, de nuevo ese "cuándo" me atormenta, no se va, no se va, obsecado, persistente, no deseo responder, quiero que sigas aquí, quiero sentirte gozosa dentro mío, derramada, perdida, encontrada como un pequeño niño extraviado y recuperado. Felicidad así te llamo, felicidad de saberte, aquí, a pesar de no amarte ya; unidos por la costumbre del día a día de nuestra vida burguesa, lo reflexiono en este sábado de almohada caliente y mesa fría. Dedicado a los que matan al Amor en cada noche , en cada encuentro, en un "Sábado de calor y frío"