En constante ruego lamer la madrugada, saberse dentro de un remolino y sonreír resignado a la muerte, a la dulce y bondadosa mortaja, tu no sabes en realidad que la ronda infantil paso y la luna dibuja su macabra silueta en el fango de tu sueño, en la sombra de tu inconstancia, sabes lo evidente: el ritmo, la magia ,la dulcisima nostalgia dictándote al oído, esa que parece diluirse entre párpados, entre cuerpos, entre designios de bueno/malo, tienes una conciencia reducida, acortada, modelada por la caja destellante, el drama diario te seduce y te piensas participe, victima , héroe, pareces diseminarte en vigilia, en esfuerzo, tu vida es un ocre paisaje, no sabes de donde viene la sordidez de tu mirada, no sabes, no escuchas, tus pasos te alcanzaron y ni tu sonrisa, ni tu eterna apatía rebobinaran la cinta de tu mediocridad.